Bienvenidos a Quéjate!

Quéjate te da la oportunidad de denunciar todo aquello que te molesta, que no aguantas, que no soportas y que si no lo dices...explotas! Este blog se ha creado con la intención de servir como plataforma para que todos los ciudadanos murcianos puedan expresarse libremente y sean escuchados.

Asimismo, presentamos diversas maneras de publicar tus quejas. Si eres de los que te asustan las cámaras o prefieres mantenerte al margen, ¡tranquilo! porque tu queja será redactada sin nombrarte, pero si por el contrario eres de los atrevidos, podrás elegir entre vídeo y audio para expresarte. Además, si lo prefieres podemos publicar junto a la queja tu fotografía.

Con todo, esperamos que no dudéis en compartir con nosotros todo los que os inquieta y no os deja dormir por las noches. www.achoquejate@gmail.com

¡Os esperamos!

23 may 2009

Días reglosos

Días reglosos, ese es el término que utilizo siempre para referirme a esos días en los que sin motivo aparente me encuentro decaído. Son días para encerrarse uno en su cuarto leyendo o viendo pelis, y no salir, porque no apetece o porque apetece demasiado como satisfacer ese ansia. A veces es mejor desconectar del mundo y recluirse en la burbuja de acero que llaman soledad.

Hace meses leía que la felicidad es sólo un estado de ánimo pasajero; que el cerebro, como estrategia de defensa, resignaba al señorito feliz a su punto de partida para que no se pierda en sus nubes de caramelo y fuese consciente de la realidad. En el fondo es una lucha subconsciente por el equilibrio. Con la desdicha pasa lo mismo, que se desvanece con el tiempo para que el señorito infeliz no desarticule sus funciones vitales.

Los días reglosos también tienen su puntillo, pues aunque no dejan pensar con claridad, normalmente vienen sucedidos por grandes replanteamientos existenciales, y también motivan para esclarecer aspectos ocultos de la personalidad.

A mí, no entiendo bien por qué, suelen venirme con los días nublados. Es algo implacable: nubes… día regloso. Pero bueno, con el tiempo uno aprende fórmulas secretas para guarecerse: chocolate y algo de cariño, la putada es cuando falta lo segundo.

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