Ilmariola Sastre
No hay nada más rutinario, habitual y corriente, para quien tenga un vehículo, que ir a la estación de servicios más cercana a reponer gasolina. La aguja indica que estas en reserva y rápidamente, sin pensarlo vas a repostar. Esto mismo pensaba Covadonga Guardiola, una joven de 27 años que reside en la localidad de Fortuna hasta que un día, pasaba por Abanilla, su aguja indicaba que estaba en reserva y fue a repostar a la: “Gasolinera Abanilla”, perteneciente al grupo Estaciones de Servicio S.A..
La historia sigue sin llamarnos la atención, Covadonga pide que le pongan 30 euros de gasoil, los paga y se marcha. Camino a Fortuna, el coche comienza a hacer movimientos extraños…plofplofplofplof…¡Le han echado gasolina!. Covadonga lleva el coche al taller y posteriormente va a la “Gasolinera Abanilla” para informar de lo sucedido. La mujer que le atendió, que afirmaba ser la dueña del negocio, le indicó que sin ningún problema le pagaría la factura del taller y le pondría los 30 euros en el depósito.
Hasta aquí no tenemos por qué alarmarnos, un fallo lo puede tener cualquiera. La queja, el disgusto viene después. Covadonga va con la factura de 75 euros a la gasolinera y la mujer le dice que lo siente pero que no tiene dinero en ese momento. Nuestra amiga muy paciente le dice que no hay problema que vuelve al día siguiente. Asimismo, como se había acordado Covadonga vuelve y la mujer repite y explica que no tiene el dinero. En esta ocasión, nuestra amiga, con menos aguante le informa que volverá al día siguiente.
De la misma forma, Covadonga, que comenzaba a ver la gasolinera como su 2º casa, vuelve, ya era el tercer día que visitaba
En suma, de lo que nuestra amiga se quiere quejar no es de que no le devuelvan sus 30 euros, ella se queja de la falta de seriedad, educación y de cómo le trató la dueña de la gasolinera. En ningún momento obtuvo disculpas por lo ocurrido, sino todo lo contrario, le insultó y le dijo que no volviese por esa gasolinera. Esto resulta muy ridículo, claramente Covadonga no piensa pisar esa gasolinera. Amigos, ya sabemos el tipo de servicio que proporciona la “Gasolinera Abanilla”.
1 comentario:
Es curiosa la historia de Covadonga, pero con respecto al tema de las gasolineras yo quiero ir más allá. Mi queja es contra el "autoservicio" ¿Qué sentido tiene eso? ¿¿Tenemos nosotros algún título para manejar material inflamable?? Habrá alguien que lo tenga, pero desde luego la mayoría no.
Creo que esto del autoservicio en las gasolineras no es más que una idea tan creativa como descabellada para ahorrarse sueldos haciendo que sea el propio consumidor quien tenga que abastecerse. De aquí a poco, cuando vallamos a una cafetería y pidamos un café con leche nos harán ordeñar a una vaca y moler los granos de café, así se ahorrarán el sueldo de los camareros... y luego nos quejamos de desempleo.
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