Y es que a finales del año pasado, Juan Roig, el dueño de Mercadona, sacó de sus supermercados 1.200 productos de “poca circulación”. Esto, que puede suponer unos beneficios de 400 millones de euros en el plazo de un año para Mercadona, ha traído mucha polémica entre fabricantes y consumidores, hasta el punto de haber creado esta Web, donde argumentan sus quejas contra esta cadena de supermercados. “De repente nos dimos cuenta de que los supermercados Mercadona están retirando productos/marcas que siempre hemos consumido (Nocilla, Calvo, Hojiblanca, Gallo, Hero…) y dijimos, hasta aquí hemos llegado”, escriben en la web.
La estrategia de Mercadona es sustituir las marcas tradicionales por su propia marca blanca, Hacendado, que, aunque en perjuicio de la calidad, es más económica para el cliente. Hacendado supone el 35% de los ingresos de estos supermercados, la mayor cuota de todo el sector de distribución en España.
Gran parte de los productos ofrecidos provienen de países donde la mano de obra es mucho más barata que en España, una decisión legal pero que deja a los fabricantes nacionales en una posición muy delicada. En el sector aceitero, por ejemplo, la penetración de las marcas blancas es ya del 70%. “Se está sustituyendo el aceite andaluz por otro del norte de África”, aseguraba Hojiblanca, que también llama al boicot contra Mercadona.
El mismo señor que insultaba por la radio, Roberto Centeno, ha comprado miles de hectáreas de olivares en Marruecos, Portugal y Extremadura con el objetivo de independizarse del precio del aceite en España. La estrategia de Mercadona, aunque es legal, no debe de ser del todo buena cuando quieren que ciertas cosas no se sepan. Pero si lo que pretenden es alienar al consumidor para que rechace las marcas y los productos con los que ha construido su vida, la llevan clara.
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