Inauguración oficial del curso en la UCAM

Alejandro Manuel López Garrido

Hoy es viernes y estoy en Córdoba. Ayer fue jueves 13 de noviembre, día de la inauguración oficial del curso 2008/2009 de la UCAM. (Sí… a mediados de noviembre, tiene huevos). Bueno, en realidad todavía no se sabe bien cuándo es exactamente, porque resulta que los invitados de honor, “el S. Em. el Sr. Cardenal D. Antonio Cañizares, Arzobispo de Toledo y Primado de España, como S. Em. Rvdma. D. Manuel Monteiro de Castro, Nuncio Apostólico en España, S. Em. Rvdma. D. Manuel Ureña, Arzobispo de Zaragoza y S. Em. Rvdma D. Javier Azagra, Obispo Emérito de Cartagena” no pueden venir por “causas ajenas a su voluntad”. Y yo me pregunto: ¿¿No puede venir ninguno?? ¿Son necesarios tantos “S. Em. Sr. D. Rvdma” para que la UCAM pueda cumplir su palabra?

“Lamentamos los posibles perjuicios causados por esta decisión”, puede leerse en un comunicado de la Web de la universidad. Gracias, pero estas lamentaciones no van a subirme la asistencia, ni me van a proporcionar los apuntes que se han dado mientras yo estaba en Córdoba en un viaje programado hace semanas cuando contaba con la palabra de la UCAM de que el jueves 13 de noviembre no había clase.

Lo peor no es el cambio súbito de planes, sino la forma de avisarlo, pues estando ya el miércoles en el autobús camino de Córdoba, me llega un mensajito que dice así: “Ucamovil: se suspende y se pospone el Acto Oficial de Apertura curso 2008/2009, por lo que el 13 y 14 de noviembre habrá Actividad Académica normalizada”. En ese momento se me pasaron por la cabeza, entre otras cosas que prefiero no escribir, ideas como “¿¿por qué Acto, Oficial, Apertura, Actividad y Académica empiezan con mayúscula??”.

Pues nada, miremos hacia otro lado y sigamos con nuestra “alta y plena satisfacción, como se espera de una Universidad que busca la excelencia y la formación de los alumnos según nuestra identidad católica, en fidelidad y plena comunión con la Santa Sede” mientras esperamos que las “causas ajenas a la voluntad” de todos los “S. Em. Sr. D. Rvdma” sea favorable, para que la UCAM pueda hablar claro a sus 8.000 alumnos.